¿Eres joven, verdad?

Hace unas semanas me encontraba en la T4 de Barajas después de un atropellado viaje a Cuba que conviene no recordar. La ropa sudada, el pelo aplastado, ojeras hasta los carrillos, un jet lag como la catedral de Santiago y un precioso mapa de manchas solares dibujado en toda la cara.

Aburrirse como antes

El mes de septiembre de 1997 yo empezaba sexto de primaria después de varios cursos en la antigua EGB. Ese verano, como todos los anteriores, lo había pasado básicamente sola y aburrida, y por sola me refiero a la única compañía de mis padres y hermanos.