Dormir en pareja
Uno de mis grandes terrores infantiles era que mis padres no durmiesen juntos. Si eso ocurría, enseguida pensaba en una catástrofe, el anuncio de un traumático divorcio, el cisma familiar y el fin de mis días felices.
Uno de mis grandes terrores infantiles era que mis padres no durmiesen juntos. Si eso ocurría, enseguida pensaba en una catástrofe, el anuncio de un traumático divorcio, el cisma familiar y el fin de mis días felices.
Hace unas semanas me encontraba en la T4 de Barajas después de un atropellado viaje a Cuba que conviene no recordar. La ropa sudada, el pelo aplastado, ojeras hasta los carrillos, un jet lag como la catedral de Santiago y un precioso mapa de manchas solares dibujado en toda la cara.
El mes de septiembre de 1997 yo empezaba sexto de primaria después de varios cursos en la antigua EGB. Ese verano, como todos los anteriores, lo había pasado básicamente sola y aburrida, y por sola me refiero a la única compañía de mis padres y hermanos.
El pasado viernes se desconvocó la huelga indefinida que mantenían las trabajadoras de las cinco tiendas de Bershka en la provincia de Pontevedra, la más larga del grupo Inditex en España.