¿Ancha o larga?

Uno de los regalos más absurdos que se le puede hacer a un niño es un reloj. Ningún niño necesita un reloj. La medición del paso del tiempo es una angustia exclusiva de los adultos que, afortunadamente, no alcanza a los pequeños. De hecho, los niños viven ajenos al paso del tiempo, al menos hasta que comienzan a adquirir conciencia de la propia muerte, algo que sucede entre los cinco y los nueve años de edad aproximadamente.

Cariño, has caducado

El filósofo Zigmunt Bauman defiende en su libro Amor líquido —un ensayo sobre el amor en los tiempos del consumismo asilvestrado— que la palabra dependencia nos molesta cada vez más, porque como homo consumers que somos, buscamos constantemente la satisfacción inmediata por el precio/inversión que estamos pagando.